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En este artículo te contamos como ahorrar energía en el hogar. Con ello, no solo te beneficiarás tú, sino también toda la sociedad, ya que contribuirás a un mundo más sostenible.
La cocina, la gran consumidora de energía
En todas las partes de la casa se puede ahorrar energía, pero si hay una habitación que merece toda la atención en este asunto es la cocina, pues allí se encuentran los grandes electrodomésticos, los que más energía consumen. Por otra parte, la preparación de alimentos suele requerir gasto energético (para cocer, guisar, asar, etc.) o el uso de pequeños electrodomésticos como robots de cocina, exprimidores, batidora o microondas.
Respecto a los electrodomésticos, para ahorrar la máxima energía, es preferible elegir los de clase A, es decir, los más eficientes desde el punto de vista energético. Es cierto que suelen ser más caros, pero pasados los años, se recupera el dinero debido al ahorro que suponen en la factura de la luz. Cabe añadir aquí que es mejor usar el lavavajillas que lavar los platos a mano, ya que se usa un 40 % menos de agua. Por otra parte, es recomendable utilizar tanto el lavaplatos como la lavadora a su máxima capacidad de carga. En cuanto a la secadora, en verano o en días soleados o con viento, mejor prescindir de ella y tender la ropa.
Por último, hay que tener cuidado en no dejar abierta la puerta del frigorífico y comprobar que cierra herméticamente y, en caso de que no sea así, arreglarla cuanto antes para continuar optimizando nuestro ahorro energético. Siguiendo con el correcto uso de este electrodoméstico, la mejor forma de descongelar alimentos es dejándolos primero en la nevera. Con ello, no solo ahorramos energía, sino que el proceso de descongelación será más lento, de modo que mantendrán todas sus propiedades. En el caso contrario, esto es cuando haya que introducir alimentos cocinados para su conservación, hay que esperar a que se enfríen antes de guardarlos en la nevera.
Eficiencia y ahorro energético
En el resto de la casa se puede ahorrar energía con medidas muy sencillas. En primer lugar, aconsejamos instalar bombillas de bajo consumo en toda la casa, ya que gastan un 80 % menos y duran ocho veces más.
Donde hay que tener un especial cuidado es en el consumo de calefacción y agua caliente, ya que suponen el 60 % del gasto energético de una casa. Bajar unos grados el termostato y mantener un buen aislamiento con ventanas de doble cristal permitirán conseguir un hogar cálido sin que suponga un alto precio en la factura de la luz. En cuanto al agua caliente, solo tienes que reducir la duración de la ducha y usar agua templada.
En épocas de calor, el aislamiento también es esencial para mantener el frescor en el interior de la casa. Ventila la casa unos minutos por la mañana pronto y recuerda que una temperatura de 26 ºC es suficiente para que el cuerpo se sienta a gusto.
Siguiendo estos consejos sobre como ahorrar energía te llevarás una grata sorpresa cuando recibas la factura de la luz y, además, estarás contribuyendo a un mundo mejor. Solo te faltará contratar un buen seguro de hogar para solventar cualquier incidencia.
