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  • Cuántos caballos fiscales tiene un coche

¿Cómo saber cuántos caballos fiscales tiene mi coche?

3 de julio de 2018

De forma anual, se recibe una notificación de pago de impuestos sobre el vehículo de tracción mecánica y la tarifa que hay que pagar se calcula en base a los caballos fiscales del mismo, no en base a la potencia o la cilindrada del vehículo.

Si quieres saber qué son caballos fiscales y cómo calcularlos, te lo mostramos a continuación.

Definición de caballos fiscales

La potencia o caballo fiscal es una medida que representa la carga impositiva de aplicación a un vehículo. Esta unidad de medida estaba relacionada con la potencia del motor, pero debido a un Real Decreto del año 1998, pasó a obtenerse partiendo del número de cilindros del vehículo y de su cilindrada.

¿Dónde se puede encontrar la información referida a los caballos fiscales?

Habitualmente este dato puedes encontrarlo en la tarjeta que incorpora el vehículo cuando lo compras, aunque más adelante te enseñaremos la fórmula para que puedas calcularlo.

En la ficha técnica se encuentran todos los datos, y en algunos casos, puedes observar los KW o kilowatios calculados en potencia real. Este valor suele indicarse en el lado inferior derecho del documento con el nombre de potencia fiscal.

¿Cómo calcularlo?

La medida de potencia es el watio o kilowatio. Normalmente, y como ya se ha comentado, en la ficha de circulación la potencia se refleja en kilowatios, a pesar de que la medida más extendida son los caballos de vapor. La equivalencia de un caballo de vapor (CV) es de 0.7355 kilowatios.

Si la potencia del coche son 92 kw y los dividimos entre esos 0.735 kw, por cada caballo de vapor obtenemos 125 CV.

Para calcular los caballos fiscales de un vehículo hay que tener en cuenta los siguientes parámetros:

– Potencia fiscal = Pf.

– Si los motores son de dos tiempos se calcula con 0.11 y si son de cuatro con 0.08 = T.

– Diámetro del cilindro en centímetros = D.

– Recorrido del pistón en centímetros = R.

– Número de cilindros = N.

El volumen de un cilindro multiplicado por el motor de dos o cuatro tiempos y por el número de cilindros, da como resultado la potencia fiscal. Si únicamente se tiene en cuenta la cilindrada, se puede penalizar a los motores diésel frente a los motores con alta potencia o turbocompresión.

Un ejemplo: en un motor diésel atmosférico de 2.4 litros y 86 caballos de vapor, se pagará una tasa de impuestos superior a un motor de 1.4 litros de gasolina con turbocompresor que rinda 170 caballos de vapor.

Los impuestos se gestionan por los Ayuntamientos según sus Ordenanzas Fiscales y es importante que cuando vayas a adquirir un vehículo pidas esta información o realices los cálculos necesarios para conocerla.

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