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A veces nos vemos en la situación de tener que dejar un coche parado durante demasiado tiempo. Una circunstancia tan extraordinaria como el confinamiento por el Covid-19 es una de ellas, pero no la única posible.
Ten en cuenta que los vehículos y sus elementos no han sido diseñados para no ser usados de manera frecuente, por lo que algunos de sus materiales y piezas pueden sufrir las consecuencias del desuso.
La batería es uno de los elementos del coche que más sufre las consecuencias de la inactividad. Tenemos que tener en cuenta que, a pesar de no usar nuestro vehículo, la batería sigue suministrando energía a ciertas funciones. Además, la batería se carga cada vez que usamos el coche por medio de un proceso de combustión de la gasolina o el diésel.
La duración media de una batería con un uso normal está en torno a los cuatro años, pero si dejamos de utilizar nuestro vehículo sus prestaciones de durabilidad caen en picado. Y hablamos por experiencia propia.
Para cuidar la batería de un coche parado mucho tiempo te aconsejamos arrancarlo cada dos o tres días y encender las luces o la radio durante un rato para que los elementos mecánicos no sufran desgaste por desuso. También puedes desconectar la batería para evitar que se vacíe o usar un mantenedor (si tienes la posibilidad de utilizar un enchufe en tu garaje o hacerlo con uno portátil).
Los neumáticos soportan todo el peso del vehículo, por ello si mantenemos el coche estático durante un periodo prolongado de tiempo, la superficie de la rueda que pega en el suelo puede sufrir desperfectos por la presión. Para aliviar este problema podemos aumentar la presión de las ruedas de nuestro coche y mover el vehículo cada pocos días.
Este elemento que aloja el combustible es metálico y suele sufrir problemas de oxidación en los coches que permanecen parados durante un tiempo prolongado. Para evitar la corrosión dentro del depósito lo recomendable es dejarlo lleno de combustible y así reducir la incidencia del óxido.
Es frecuente que tengamos pequeñas fugas de cualquiera de los tres líquidos y no nos demos cuenta con un uso normal del coche. Es una buena ocasión para revisar los niveles, que pueden disminuir de manera más rápida en un coche parado mucho tiempo.
Lo ideal para mantener en buenas condiciones un coche parado es ponerlo a resguardo en un garaje, así evitarás la incidencia negativa del clima en la carrocería o el tapizado. Si no es posible y nos vemos obligados a mantener nuestro coche en la calle expuesto al sol, la lluvia y la suciedad, podemos aplicar una capa de cera a la carrocería después de limpiarla para protegerla, y utilizar reflectores de sol para mantener el interior del vehículo menos expuesto a la incidencia del sol.
Recuerda que los coches parados que no estén dados de baja todavía necesitan estar asegurados. Ciertos tipos de incidentes que se pueden producir con el vehículo estacionado, como cortocircuitos o incendios, hacen obligatoria la cobertura básica de Responsabilidad Civil. Incluso en largas estancias de confinamiento, como la que desgraciadamente nos está tocando vivir.
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