VERTI ASEGURADORA, COMPAÑÍA DE SEGUROS Y REASEGUROS, S.A. utiliza cookies propias y de terceros para realizar análisis estadísticos, la autenticación de la sesión de usuario, mostrarte contenido útil y mejorar y personalizar determinados servicios mediante el análisis de tus hábitos de navegación. Puedes configurar estas cookies, pudiendo en tal caso limitarse la navegación y servicios del sitio web. Si aceptas las cookies estás consintiendo la utilización de las cookies en este sitio web. Puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón "Aceptar", o configurar o rechazar su uso clicando en Configuración de cookies. Si deseas más información, puede consultar nuestra Política de Privacidad y cookies
Índice de contenidos
Como casi cualquier producto, y especialmente en los destinados a seguridad, los cascos de moto tienen fecha de caducidad. Es un hecho que con el paso del tiempo pierden cualidades, ya que todos sus elementos tienen un cierto grado de obsolescencia.
A medida que los cascos van teniendo años, sus propiedades de protección se van viendo mermadas en mayor o menor medida. Puede ser simplemente debido a un envejecimiento natural, pero también a un desgaste por el uso. Ahí, por ejemplo, los interiores, que deben ajustar perfectamente en tu cabeza, pueden ir endureciéndose y comprimiéndose, haciendo que ese ajuste no sea perfecto.
Pero también los microimpactos, esas pequeñas caídas al suelo cuando estamos preparándonos para subir a la moto y tenemos el casco mal apoyado sobre el asiento o el depósito o muchas veces colgado en la maneta, van produciendo microrroturas que hacen que la caducidad de los cascos de moto se acelere.
Aun así, con un mantenimiento perfecto de tu casco, no podrás evitar que este deje de brindarte la seguridad que necesitas después de unos años.
Normalmente el fabricante va a establecer unas recomendaciones. No es que pongan una fecha de caducidad en sus productos, pero sí puedes encontrar indicaciones sobre este particular en sus fichas descriptivas.
La vida útil va a depender, evidentemente, de la calidad de sus componentes. Hay muchos materiales de los que un casco puede estar fabricado tanto en sus partes interiores como exteriores y no tendrá la misma vida un casco de termoplástico que uno de composite o fibra de carbono y Kevlar.
Normalmente, un casco con una determinada calidad de materiales en su calota exterior suele corresponderse con la misma calidad interior y en todos sus componentes; viseras, ventilaciones y correas, por lo que la obsolescencia será homogénea.
Lo más habitual es que los fabricantes sitúen la edad del casco en funcionamiento en sus condiciones óptimas entre los cinco y los ocho años, aunque esto va a depender mucho de tus cuidados sobre el mismo y la vida que le des.
En primer lugar, que la calidad del casco va a influir en la longevidad del mismo con sus cualidades inalteradas.
En segundo lugar, debes tener en cuenta que los leves impactos por caídas imprevistas del casco al suelo pueden afectar a su integridad.
En tercer lugar que un impacto contra el suelo o cualquier otro elemento contundente en un accidente pondrá en riesgo gravemente la integridad del casco y deberías cambiarlo o hacer un test de sus propiedades.
Por eso desde el área de seguros de moto de Verti queremos darte un consejo especial. Es frecuente que cuando compras una moto de segunda mano te regalen uno o dos cascos. Si no conoces la historia exacta de los mismos mejor será que no los aceptes, sobre todo si presentan alguna señal de descuido o de impactos o si no sabes la edad del casco, ya que no sabrás cuando cambiarlo.