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Hoy vamos a hablar de la paradoja del ahorro. Para quienes no la conozcan, se trata de una teoría económica de origen keynesiano que establece que si todos los individuos de una sociedad deciden ahorrar más, acabarán ahorrando menos. Esta teoría también se conoce como la paradoja de austeridad o la paradoja de frugalidad y solo tiene sentido si estamos ante una recesión económica.
¿Por qué ocurre esto? Es como la pescadilla que se muerde la cola: si todos los miembros de una sociedad deciden ahorrar más dinero a la vez, destinando menos renta al consumo, la demanda agregada y la producción disminuirán, afectando, a su vez, a la renta o ingresos de las familias, lo que al final repercutirá en la disminución del ahorro total o de la capacidad de ahorro.
Para entender la paradoja de la frugalidad en el hogar, debemos partir del modelo de demanda agregada (DA) de Keynes. La DA es la variable que mide la economía de un país y está formada por la demanda de bienes de consumo (C) , la demanda de bienes de inversión (I), la demanda del sector público (G) y la demanda de los mercados internacionales, que se calcula restando a las exportaciones las importaciones (X – M). Con todos estos elementos, la fórmula de la demanda agregada (o PIB) quedaría así: DA= C + I + G + X – M.
Por otro lado, debemos entender cómo se conforma la renta de las familias (R). El dinero que los individuos ingresan se reparte entre consumo (C ) y ahorro (S), conformando la siguiente fórmula: R= C + S. Por tanto, todo el dinero que destinemos al ahorro no lo dedicamos al consumo y este disminuirá. Por este punto la paradoja de frugalidad influye en momentos de recesión o debilidad económica, y no por ejemplo cuándo ahorras para comprar una casa o cualquier otro bien.
Vemos que la variable consumo aparece en las dos fórmulas. Si disminuye el valor de C en la renta, acabará repercutiendo a la fórmula de la DA, que representa la economía global de un país. Es lógico que ante una crisis económica, todos seamos previsores y decidamos destinar más parte de nuestros ingresos al ahorro, dejando de lado el consumo. No obstante, si esta decisión la tomamos todos a la vez, al final dejará de haber el suficiente dinero en circulación como para impulsar la economía, provocando que la demanda agregada se reduzca. Por ello, la paradoja del ahorro tiene importantes efectos en la economía:
Esta paradoja no es una ley exacta y se puede evitar, siempre y cuando adquiramos una cultura del ahorro constante. Podemos optimizar gastos, como seleccionar un seguro de hogar que cubra cualquier gasto imprevisto, o buscar aplicaciones que te permitan tener un mayor control del gasto. El principal problema es que asociamos el ahorro a momentos en los que nuestra economía va peor, pero nos equivocamos. Debemos ahorrar cuando tengamos mayores ingresos porque nos será más fácil generar un depósito de reserva para cuando lleguen los momentos de crisis económica, sin afectar al consumo ni a la economía global.