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Un seguro del hogar cubre muchos de los daños que pueden surgir en una vivienda. Minimiza las pérdidas económicas y solventa la mayoría de problemas que puedan darse con las reparaciones o alteraciones necesarias tras un siniestro. Todo depende del tipo y el alcance de cobertura que se haya contratado. ¿Sabes qué son los daños estéticos y si tu seguro los cubre? Compara nuestros seguros de hogar y elige las coberturas que se adapten a tus necesidades.
El seguro de hogar a todo riesgo de Verti incluye la restauración estética dentro de sus coberturas. ¡Descúbrelo!
Cuando hablamos de daños estéticos en el hogar, no nos referimos a grietas estructurales ni a averías que impidan el uso de un espacio, sino a imperfecciones visuales que alteran la apariencia del inmueble. Estos daños no afectan la funcionalidad de los elementos dañados, pero sí rompen la armonía visual de una estancia.
Un buen ejemplo es el de una fuga de agua que daña parte del suelo de parquet. Imagina que la aseguradora repara la zona afectada con un nuevo trozo de suelo. A simple vista, el siniestro parece resuelto… hasta que notas que el tono del nuevo parquet no coincide con el del resto del salón. Esa diferencia de tonalidad puede parecer pequeña, pero muchas veces es suficiente para que el propietario perciba que su casa ya no luce igual que antes.
Y aquí es donde surge la controversia.
La subjetividad del concepto de «armonía estética» es una de las principales fuentes de conflicto entre asegurados y aseguradoras. Lo que para el perito de la aseguradora puede considerarse una reparación suficiente —porque la zona dañada ha sido reemplazada—, para el asegurado puede resultar inaceptable, porque el conjunto ha perdido uniformidad.
Veamos otros ejemplos comunes:
Estos casos ilustran cómo la estética es una percepción subjetiva, y lo que se considera “reparado” puede no ser “restaurado” a ojos del propietario.
Una de las claves para entender qué cubre tu seguro de hogar en caso de daños estéticos es distinguir entre dos conceptos fundamentales: continente y contenido. Aunque pueden sonar similares, sus implicaciones a la hora de reclamar son muy diferentes.
Se refiere a todos los elementos fijos y estructurales del inmueble: paredes, suelos, techos, ventanas, puertas, instalaciones eléctricas, sanitarias y de calefacción. En resumen, todo aquello que no se llevaría contigo si te mudaras.
Ejemplo práctico: Si una fuga de agua desde el piso superior provoca humedades y manchas en el techo de tu salón, la reparación del techo y su repintado estarían cubiertos por la garantía de daños estéticos sobre el continente.
Incluye todos los bienes muebles: electrodomésticos, mobiliario, decoración, ropa, aparatos electrónicos, etc. Es decir, todo lo que sí te llevarías en una mudanza.
Ejemplo práctico: Si esa misma fuga de agua arruina tu sofá o mancha una alfombra de diseño, estaríamos hablando de daños al contenido. Si tu póliza incluye cobertura de daños estéticos sobre el contenido, podrías recibir una indemnización o reparación estética para restaurar la armonía visual de ese espacio.
¿Y los electrodomésticos empotrados?
Aquí entramos en una zona gris muy común. Los electrodomésticos integrados, como un horno encastrado o un lavavajillas empotrado, pueden considerarse parte del continente o del contenido según la póliza y su instalación. Por eso, es crucial revisar cómo define tu seguro estos elementos y si estarían cubiertos bajo la garantía estética.
Antes de firmar tu póliza, asegúrate de:
La cobertura de daños estéticos del seguro cubre la reparación o indemniza por la alteración de la imagen de la vivienda que se haya producido como consecuencia de un siniestro.
¿Cómo hacerlo?
Las aseguradoras suelen ofrecer varios canales:
Consejo: Al notificar, indica claramente que hay posibles daños estéticos y que deseas que sean valorados junto con la reparación funcional. Documenta todo con evidencia visual, ya que como los daños estéticos son visual y subjetivamente apreciables, necesitas pruebas claras.
Documentación recomendada:
Tip: Si se trata de algo que puede deteriorarse con el tiempo (manchas de humedad que secan, pintura que se disimula), haz las fotos cuanto antes.
Visita del perito tasador: ¿qué debes saber?
Una vez notificado el siniestro, la aseguradora enviará un perito, que es un profesional encargado de evaluar los daños, su origen y el coste de reparación.
El perito tiene tres funciones principales:
Importante: acompaña al perito durante su visita. Enséñale los daños estéticos, explica cómo era el estado original y asegúrate de que los documenta en su informe.
¿No estás de acuerdo con la valoración?
Tienes derecho a solicitar un peritaje independiente. Es decir, puedes contratar tu propio perito y, si no hay acuerdo con el de la aseguradora, se activa lo que se conoce como peritaje contradictorio.
Esto está contemplado en el artículo 38 de la Ley de Contrato de Seguro.
¿Qué implica?
Es un proceso más largo, pero garantiza imparcialidad cuando hay desacuerdos importantes.
Ejemplo típico de desacuerdo:
El perito de la aseguradora propone cambiar solo tres azulejos dañados, pero tú sostienes que no se puede mantener la estética original porque ese modelo está descatalogado. Tu perito aporta una tasación que incluye la sustitución completa del frente del baño para mantener la homogeneidad visual.
Indemnización: plazos y derechos
Si la aseguradora acepta el siniestro:
La indemnización puede ser en dinero o en especie (es decir, que la aseguradora gestione directamente la reparación). En ambos casos, tienes derecho a recibir una solución que restaure no solo la funcionalidad, sino también la armonía visual de tu hogar, dentro de los límites de tu póliza.
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El escape de agua producido por la ruptura de una tubería puede estropear parte del suelo de madera de alguna de las estancias de la casa. La cobertura básica del seguro se encargará de reparar la avería y la parte dañada del suelo. Sin embargo, puede darse que el color de la madera no sea el mismo, o que la diferencia entre la parte reparada y la anterior sea notoriamente visible. Esa diferencia que rompe la armonía estética del suelo es la cubierta por la cobertura de daños estéticos. Con ello, indemnizará el seguro al asegurado o cubrirá parte de los gastos de la reparación para igualar toda la estancia.
Como regla general, se incluyen los daños estéticos que sean fruto de un siniestro, si éste no es responsabilidad del asegurado y está recogido como tal en la póliza de seguros. Por ejemplo, el pintar una habitación tras un accidente que ha ocasionado desperfectos en la pintura. También sustituir las baldosas del baño, cuando algunas de ellas han sido dañadas a consecuencia de una obra y no existe un modelo igual para su sustitución.
Se suele establecer una cobertura máxima en los daños estéticos cubiertos, que normalmente se refiere a un porcentaje del importe asegurado y a una cantidad monetaria que no puede excederse. En ocasiones, la indemnización del seguro por daño estético se supedita a la efectiva reparación por parte del interesado de la parte dañada, independientemente de que el importe sea un porcentaje del total o cubra todo el monto de la reparación. Por ejemplo, si el límite establecido es de 600 euros pero el coste de la reparación es de 728, el asegurado debe cubrir los 128 euros de diferencia.
Normalmente la cobertura se limita al espacio donde se produce el siniestro. Suelen estar excluidos los espacios ajenos o externos a la vivienda asegurada, y en ocasiones, las estancias adyacentes al lugar del siniestro.
La antigüedad de la vivienda o del contenido puede ser otra de las limitaciones a la hora de poder utilizar la cobertura por daños estéticos. Algunos seguros pueden establecer también períodos de carencia para poder hacer uso de esta cobertura.
La cobertura por daños estéticos depende en gran medida de los diferentes seguros y de las cláusulas específicas que se hayan contratado. Suele ser habitual que en algunos seguros no se recojan como parte de dicha cobertura:
Cuando se tiene conocimiento del siniestro es necesario informar a la compañía del seguro de los daños y causas del mismo para proceder a reclamar la indemnización o reparación correspondiente. En este momento se ha de señalar, si son visibles, los daños estéticos ocasionados. De no serlo, se debe informar a la compañía de seguros tan pronto como se produzcan. La compañía aseguradora debe proceder a reparar, remplazar o indemnizar por los elementos estéticos del contenido y continente, incluidos en la póliza, que sean objeto algún tipo de daño estético.
Aunque los daños estéticos rara vez aparecen desglosados de forma específica en los informes públicos del sector asegurador, los datos disponibles permiten entrever su peso real y su capacidad para generar conflictos entre aseguradoras y asegurados.
UNESPA: 8,1 millones de siniestros en 2022
Según UNESPA (la Asociación Empresarial del Seguro en España), en 2022 se registraron aproximadamente 8,1 millones de siniestros en seguros de hogar. Esto significa que, en promedio, cada hogar asegurado sufrió un percance cada 2,5 años.
Entre estos siniestros, los más frecuentes fueron:
¿Por qué es relevante? Porque muchos de estos incidentes provocan daños estéticos secundarios, como:
La Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP), que actúa como organismo regulador, publicó en su informe de 2023 que:
Casi el 55% de las reclamaciones de seguros multirriesgo (categoría que engloba los seguros de hogar) fueron por disconformidad con la valoración de la indemnización o con el método de reparación.
Este dato es muy significativo, ya que refleja directamente el tipo de conflictos que suelen surgir con las reparaciones estéticas. Como explicamos antes, lo que para una aseguradora puede ser una reparación “suficiente”, para el asegurado puede ser una solución incompleta que rompe con la estética original del espacio afectado.
Dato complementario: el segundo motivo más frecuente de queja (32,2%) fue el rechazo del siniestro, lo que también puede estar relacionado con daños estéticos mal documentados o excluidos por falta de claridad en la póliza.
¿Por qué estos datos importan?
Recomendación basada en datos
Si estás contratando un seguro de hogar o revisando el tuyo, no basta con fijarse en el precio o en que incluya “daños estéticos”. Pregunta siempre:
Y sobre todo, documenta bien cualquier daño que pueda parecer “sólo visual”. Porque según los datos, esa es la zona de mayor conflicto en el día a día entre aseguradoras y asegurados.