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Situación típica. Te llega la factura y te preguntas cómo puedes ahorrar gas en tu vivienda. Y es que no es poco el uso que se le da: calefacción, agua caliente, cocina… Todo va sumando a final de mes.
Por este motivo, y para que puedas reducir de forma notable tu factura del gas, vamos a repasar algunas recomendaciones con las que disminuir el gasto.
Destacamos siete consejos:
Regular la calefacción a esa temperatura es un gran paso para el ahorro en gas. Diversos estudios han demostrado que elevar el número de grados por encima de los 21 puede aumentar hasta en un 7 % el consumo. Por ello, ten en cuenta que aunque subas un solo punto la calefacción, la factura lo acabará reflejando.
Si además sois muchos en casa, lo habitual es que la temperatura interna del hogar aumente. En este caso, puedes optar incluso por bajar un par de grados más la calefacción. El frío no se notará de forma notable, pero el desembolso en la factura del gas sí.
Dependiendo de la orientación de nuestro hogar, el sol puede incidir de forma directa en su interior subiendo la temperatura de forma natural. Asegúrate cada mañana de levantar las persianas para ahorrar gas lo máximo posible.
De lo contrario estarás perdiendo de forma innecesaria calor y energía.
Los cerramientos eficientes son vitales para que el calor no se escape paulatinamente por las pequeñas rendijas. Si no puedes renovarlos de forma inmediata, una solución más asequible para ahorrar gas de la caldera es bajar las persianas por completo una vez se haya ido el sol y colocar gomas bajo las puertas.
Es muy recomendable revisar las instalaciones periódicamente. Si en casa tienes radiadores, es conveniente purgarlos cada año y vigilar que su funcionamiento es óptimo.
En cuanto a la caldera, se aconseja al menos una revisión cada 5 años. Con ello no solo se asegura el rendimiento de la misma, sino que se evitan posibles accidentes. No obstante, cada 15 años se recomienda su sustitución.
En este apartado se incluye la recomendación de reducir el tiempo empleado en la ducha y la de subir la temperatura del agua a un máximo de 45 grados. Además, cada vez que te enjabones cierra el grifo para reducir el consumo de agua y gas.
Colocar los radiadores debajo de las ventanas es la opción más eficiente para distribuir el aire de manera uniforme. Y recuerda, nunca obstruyas su salida con muebles, puertas o telas.
El gas, pese a tener múltiples ventajas con respecto al uso de otras energías (limpieza, economía, etc.), puede ver cómo su consumo se dispara durante los días más fríos. Ahora que ya conoces algunos trucos para ahorrar en gas, no dudes en ponerlos en práctica.
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