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Durante los últimos años, los precios de la energía se han incrementado considerablemente, algo que ni siquiera es necesario confirmar con estudios o investigaciones, ya que todos lo percibimos directamente en nuestra factura de la luz. Esta es una de las razones por las que cada vez más personas piensan en tener una casa pasiva, debido a que ofrecen una eficiencia energética muchísimo más elevada (tanto en frío como en calor).
Recuerda que es muy recomendable contar con un buen seguro de hogar que mantenga tu vivienda protegida ante cualquier imprevisto.
No es de extrañar que, al menos alguna vez, hayas oído hablar sobre una passive house. Pero, ¿exactamente qúe son las casas pasivas? Pues bien, una casa pasiva es aquella que puede mantener una temperatura interior confortable consumiendo muy poca energía en comparación con la regulación artificial a través de aires acondicionados o sistemas de calefacción.
También podemos referirnos a este concepto como arquitectura pasiva, ya que no solo aplica a las viviendas unifamiliares, sino también a edificaciones comunitarias e incluso empresariales y culturales. De hecho, otros términos asociados son hábitat pasivo, arquitectura bioclimática o casa solar pasiva, con la posibilidad de construir espacios de bajo consumo energético para múltiples propósitos.
El funcionamiento no es exactamente igual en todas las casas pasivas, dado que se construyen en base a las condiciones climáticas del entorno para un aprovechamiento energético óptimo. Esto da pie a una inmensa variedad de posibles formas y diseños. Sin embargo, sí que es factible identificar algunos aspectos básicos que son comunes en todos los tipos de passive house:
Para las zonas soleadas se aprovechan estos tres principios esenciales de la física, que representan las tres formas posibles de transferencia de calor. Lo que se busca con esto es termorregular las paredes y demás componentes de una edificación mediante una distribución homogénea de la temperatura entre ellos.
El aislamiento térmico es esencial para minimizar la salida de calor durante los meses de invierno, mientras que la hermeticidad es necesaria para reducir la entrada de calor durante los meses de verano. Ambos principios son necesarios en muros, cubiertas, cerramientos y puentes térmicos en la estructura de una casa pasiva.
Los puentes térmicos son puntos débiles de cualquier estructura en tanto que dejan escapar la temperatura interior o permiten introducir la temperatura exterior en momentos o contextos en los que esto no es necesario.
Si bien es viable considerarlos desde el momento del diseño, es recomendable hacer un “escáner” de la casa pasiva mediante termografías al término de su construcción para detectar posibles puentes térmicos no previstos inicialmente.
Las ventanas y puertas de triple acristalamiento utilizan tres capas de cristal de al menos 4 milímetros de grosor, cada una con dos cámaras de aire entre ellas. ¿El resultado? Un sistema de aislamiento altamente eficiente, de modo que la transmitancia de temperatura se reduce a los mínimos necesarios para una passive house.
También se habla de la integración de los sistemas de ventilación mecánica controlada, que consisten en equipos o dispositivos encargados de extraer mecánicamente el aire de una zona de la estructura para ingresarlo ( de manera natural o mecánica) como aire fresco del exterior. Esto va más allá de un asunto de eficiencia energética, ya que permite contar con un constante flujo de aire más limpio y saludable para los residentes.
Además de los aspectos esenciales que constituyen la arquitectura pasiva, hay otras variables que se ven condicionadas por los entornos donde se llevan a cabo las construcciones y que se pueden aprovechar para modificar, aunque sea ligeramente, una casa tradicional. Las más importantes a considerar son:
En general, el concepto de arquitectura pasiva engloba dos grandes tipologías de edificaciones: la casa de montaña y la casa del desierto. Vistos así, son dos extremos con puntos intermedios donde algunas variables son más importantes que otras, siendo altamente dependientes de la ubicación geográfica y, sobre todo, del clima local.
La mejor manera de conseguir una casa pasiva óptima es a través de una planificación desde cero, ya que en el momento del diseño es más sencillo contemplar todas las variables con mayor precisión. No obstante, esto no significa que una vivienda tradicional no pueda reformarse con elementos de una passive house.
En cualquier caso, te resultará interesante conocer el ‘Estándar Passivhaus‘, que regula las características esenciales que debe tener una edificación para ser considerada como totalmente pasiva o energéticamente eficiente. Dicho estándar es promocionado y controlado por el Passivhaus-Institut de Alemania, fundado en septiembre de 1996.