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El cuidado del medio ambiente está a la orden del día en todos los aspectos de la vida cotidiana. Cada vez hay más coches con etiqueta medioambiental ECO o Cero emisiones; se aboga por el uso del transporte y de la bicicleta en los núcleos urbanos; e, incluso se exigen hogares energéticamente eficientes.
Después del trabajo, la casa es donde más tiempo pasamos. El gasto de energía en este espacio es muy alto y por eso es importante llevar a cabo un control de la energía consumida, para poder implementar medidas de ahorro, que ayudarán a nuestro bolsillo y al pulmón del planeta. En este sentido, es importante realizar una auditoría energética, pero ¿qué es? ¡Nosotros te lo contamos!
Las viviendas desperdician energía. Dejar ventanas y puertas abiertas, tener un mal aislamiento o abusar del agua caliente son un tubo de escape de energía. La forma de averiguar cuánta energía desperdiciada nuestro hogar y el principal foco de ineficiencia es hacer una auditoría energética.
Es una inspección, estudio y análisis de la energía utilizada en una vivienda determinada. Dicho de otra manera, es un análisis que determina qué aparatos consumen más energía y la cantidad que se gasta en el hogar.
El objetivo es comprender el comportamiento de los flujos de energía para, así, conocer dónde y cómo se utiliza en tu hogar. Hay equipos que consumen energía eléctrica cuando los usamos y otros que también lo hacen cuando no los usamos. Por eso, para ahorrar la máxima energía posible, es necesario hacer una auditoría energética. Calcula los gastos de tu casa, y ten en cuenta contar con el seguro de hogar más beneficioso.
Esta gestión ayuda a mejorar tu salud y la de tu familia, así como vuestra seguridad porque los auditores identifican fugas de aire, falta de aislamiento y/o problemas de humedad. Además, aumenta la comodidad en el hogar, ya que podrás instalar sistemas con mayor eficiencia. Asimismo, si quieres vender tu casa, contar con un certificado energético favorable llamará la atención de futuros compradores.
Llevar a cabo una auditoría nos permitirá adquirir consciencia energética para conocer los focos de mayor gasto en el hogar y las formas de paliar este derroche, que afectan a la economía familiar y al medio ambiente. Los principales beneficios de la auditoría energética son:
Hay diferentes opciones para realizar este análisis, Por un lado, se pueden contratar empresas para realizar auditorías energéticas; en algunas zonas se puede solicitar a la Administración y, en el caso de los inmuebles de nueva construcción, ya tienen que estar hechas y contar con el certificado de eficiencia energética.
La forma de clasificar el consumo energético de las instalaciones es usando letras de la ‘A’ a la ‘G’, siendo la primera la garantía de una máxima eficiencia y la segunda, de mínima eficiencia. En una auditoría profesional se incluye:
No obstante, si se quiere realizar una auditoría energética casera, la mejor forma de medir la energía de nuestro hogar es usar el propio contador que utiliza la compañía eléctrica para medir y facturarnos, aunque resulta muy lenta. Una forma más rápida es tener un monitor energético o contador instantáneo de electricidad, que indica el consumo actual de manera instantánea, facilitando los datos necesarios para la auditoría.
Este sistema permite registrar datos a lo largo del tiempo y descargarlos en el ordenador, donde podremos ver la curva de carga o curva de demanda. Los gráficos siempre son mejores para interpretar datos: cuándo consumimos más energía y qué aparatos son los que gastan más.
Una vez tengamos este medidor de energía instantáneo, es necesario iniciar el procedimiento de observación y medida. Debemos conectar el monitor energético al cable principal del interruptor automático general del cuadro y, una vez hecho, debemos apagar y desconectar el cable de alimentación de todos los aparatos de la casa.
Tras haber desconectado todo, el contador instantáneo debería registrar una lectura de 0 kW, si no es así es necesario localizar los llamados “ladrones de energía” que registran “consumos fantasma” a través del cuadro de luz, apagando cada interruptor hasta que el monitor energético descienda. La forma de desactivar estos consumos fantasma es desconectando el interruptor automático del cuadro general cuando no haya que usar esos electrodomésticos.
Tras haber localizado estos consumos fantasma, tenemos que conectar uno a uno los aparatos que desconectamos con anterioridad y veremos cómo por cada aparato que conectemos, el consumo instantáneo aumenta unos vatios. Este tipo de consumo se denomina standby y lo único que hay que hacer es no apagar los aparatos por completo cada vez que los usemos, o adquirir un dispositivo de eliminación de standby. Ahora que hay que pasar mucho tiempo en casa a causa del Covid-19 un buen entretenimiento puede ser averiguar cuánto consumen los aparatos del hogar. Conectando y desconectando los aparatos se puede ver en el contador cuánto varía. De esta forma, también podremos conocer cuáles son los aparatos con mayor consumo y, por tanto, dónde sería una buena idea instalar equipos más eficientes para incrementar el ahorro.