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Los coches híbridos llevan en nuestra sociedad desde el siglo XX. Surgen por la necesidad de impulsar el ahorro de combustible debido a la escasez de este, pero la precariedad tecnológica que aún existía no permitió el triunfo de estos vehículos.
Sin embargo, años después, ya rozando el siglo XXI, se vuelve a investigar este tipo de vehículos ante el avance de las tecnologías, llegando a ser un tipo de coche muy demandado en la sociedad actualmente. Y es que el coche híbrido mezcla la parte eléctrica de los coches del futuro con la parte tradicional de un motor de combustión.
La realidad es que estos vehículo que se han creado desde sus inicios como una medida de ahorro. Pero, ¿es realmente rentable un coche híbrido?
Vamos a analizar una serie de variables a tener en cuenta sobre los gastos que producen estos vehículos para comprobar si realmente este ahorro del coche híbrido es una realidad o solo un mito.
Quizás el punto más evidente a la hora de dilucidar la rentabilidad (o no) de los híbridos.
Los coches híbridos salieron al mercado con unos precios bastante elevados frente a los vehículos convencionales. Sin embargo, con el paso de los años se han ido mejorando y a la vez ha ido aumentado su demanda en el mercado, lo que ha permitido que sus precios estén cada vez más próximos a los coches de combustión.
Además, su compra suele tener ventajas fiscales y ayudas económicas, por lo que el precio queda reducido.
El precio medio de estos coches varía entre los 15.000 y los 30.000€.
Los coches híbridos cuentan con un número de piezas mayor, puesto que tienen dos motores, además de las baterías necesarias para acumular la energía y poder circular en el modo eléctrico.
Sin embargo, también prescinden de otras piezas como la palanca de cambios y el embrague, ya que la caja de cambios es manual.
Tampoco cuenta con piezas como el alternador, la correa de distribución (lleva cadena) o el motor de arranque, que son partes de los vehículos tradicionales que más mantenimiento requieren.
Por el contrario, al llevar baterías, estas requieren una supervisión. Están creadas para que mantengan la misma vida útil que el vehículo, si bien es cierto que por lo general la vida media de dichas baterías es de unos 8 años.
Teniendo todo esto en cuenta, se puede llegar a ahorrar desde un 30% hasta un 50% frente al vehículo tradicional. Por tanto se puede afirmar que la compra de un coche híbrido es rentable en cuanto a su mantenimiento.
Otro de los puntos fundamentales a la hora de definir si un coche híbrido es rentable.
La ventaja de un coche híbrido con relación al ahorro de combustible viene referida porque la parte eléctrica del motor ayuda a su movimiento, lo que reduce el gasto del combustible.
Dependiendo del tipo de híbrido que sea y de la capacidad de autonomía que posea, así será el ahorro.
En este ámbito es importante diferenciar entre un híbrido convencional, cuyas baterías se recargan de manera automática durante la circulación y el frenado del vehículo, y los híbridos enchufables, los cuales requieren de una red eléctrica para cargar sus baterías, ya que la potencia y la autonomía de estas es mayor.
Por tanto, también es importante elegir la potencia que poseen las baterías del coche híbrido para aumentar la ayuda eléctrica y reducir el consumo de combustible.
Así, en el caso de los híbridos enchufables el ahorro llega a ser del 50%, mientras que en los híbridos convencionales ronda el 20%.
Generalmente los vehículos híbridos dan menos errores y fallos que los convencionales, sobre todo porque, al igual que en el mantenimiento, las piezas que más fallos suelen dar quedan fuera de su estructura interna al no ser necesarias para su funcionamiento.
Pero una de las partes que puede fallar en los coches híbridos y cuyo coste es muy elevado son las baterías. Aunque de manera habitual la vida media supera los 8 años un fallo de las mismas puede suponer un gasto de casi 3.000 euros.
Por ello también es importante elegir el material del que están hechas las baterías a la hora de comprar el vehículo, decantándose siempre por las de iones de litio.
Mientras que un coche eléctrico no supone ninguna emisión de gases contaminantes a la atmósfera, un coche de combustión tradicional tiene una emisión media de 25.000 kilogramos al año de CO2.
En el medio de ambos vehículos se encuentra posicionado el coche híbrido, el cual sigue emitiendo gases contaminantes cuando funciona como un coche convencional, pero cuando lo hace como uno eléctrico las emisiones pasan a ser CERO. Por tanto, el número de emisiones de gases contaminantes a la atmósfera queda reducido entre un 20% y un 30% suponiendo una contaminación media anual de 18.000 kilogramos al año de CO2.
El cuidado del medio ambiente es imprescindible en una sociedad con una conciencia ecológica en crecimiento.
Sí, resulta rentable adquirir un coche híbrido frente a otros vehículos si tenemos en cuenta todos los factores anteriores.
En términos numéricos, si adquirimos un coche híbrido para un periodo de tiempo de unos 10 años (que suele ser la vida útil de cualquier coche), nos resultará rentable si como mínimo se realizan con el coche 15.000 kilómetros anuales.
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