VERTI ASEGURADORA, COMPAÑÍA DE SEGUROS Y REASEGUROS, S.A. utiliza cookies propias y de terceros para realizar análisis estadísticos, la autenticación de la sesión de usuario, mostrarte contenido útil y mejorar y personalizar determinados servicios mediante el análisis de tus hábitos de navegación. Puedes configurar estas cookies, pudiendo en tal caso limitarse la navegación y servicios del sitio web. Si aceptas las cookies estás consintiendo la utilización de las cookies en este sitio web. Puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón "Aceptar", o configurar o rechazar su uso clicando en Configuración de cookies. Si deseas más información, puede consultar nuestra Política de Privacidad y cookies
Índice de contenidos
Los impuestos están en todas partes, pero pocos tienen el impacto en la economía que tienen los impuestos de la gasolina. Estos tienen una gran repercusión no solo en el mantenimiento de un coche, sino también en la distribución de diferentes productos.
En España los carburantes funcionan con una amplia carga impositiva detrás de diferentes tipos. En 2019 presentó un importante aumento, por lo que es necesario profundizar detenidamente en el tema para comprenderlo.
Con los seguros de coche de Verti, tendrás un seguro que se ajuste a tus necesidades. ¡Calcula el precio en dos minutos!
Más allá del aumento fiscal de 2019, se debe recordar que desde 2018 se implementó una norma de etiquetado informativo de los combustibles. Esto evidencia que hay diferentes calidades de combustible, los cuales afectan a los impuestos.
Sin embargo, más allá de estas variaciones, el precio bruto de la gasolina deja claro que, con la eliminación de los impuestos, la mayor parte de los costes son asumidos por el mayorista. El margen de beneficios es mínimo y es precisamente con él con el que las gasolineras low cost logran ofrecer precios competitivos.
En esencia, el precio bruto ronda los dos o tres céntimos de euro por cada litro de gasolina, es decir el precio de la gasolina sin impuestos. Sin embargo, se debe tener en cuenta que al coste se deben sumar gastos como el pago del personal o el mantenimiento de los surtidores, entre otros. Es por esto que la mayor parte de los ingresos de las gasolineras no provienen de surtir combustible, sino de las tiendas del establecimiento.
La composición de los impuestos a los carburantes se divide de la siguiente manera:
Este último se subdivide en los siguientes impuestos:
El precio base está determinado por múltiples aspectos. Por un lado, se encuentra la cotización internacional de la gasolina y del gasóleo en los mercados de referencia al por mayor. En el caso de España, los mercados del Norte de Europa y del Mediterráneo son usados como referencia.
Por otra parte, también se tiene en consideración el tipo de cambio entre euros y dólares, lo cual tiene un impacto importante. Estos factores representan aproximadamente el 39% del precio del gasóleo A y el 33% del PVP en la gasolina.
Por otro lado, los costes de comercialización, distribución y producción tienen un impacto menor en el precio, ya que no suelen variar demasiado. También es necesario agregar todos los costes propios de las estaciones de servicio como el mantenimiento de las mismas o el pago del personal, transporte hasta la gasolinera y los márgenes de ganancia del minorista y mayorista. Todo esto es crucial a la hora de calcular el precio de la gasolina.
Como se mencionó anteriormente, los márgenes de beneficio son bastante bajos, rondando aproximadamente un 1,5%. Cabe destacar que al precio base también se le aplican ciertas variaciones como consecuencia del mantenimiento de las reservas estratégicas y el aporte al Fondo Nacional de Eficiencia Energética.
En este sentido, el margen bruto de distribución de la gasolina es del 17% del PVP total. En el caso del diésel es un poco menor, pues ronda el 15%. Esto es lo que establece la diferencia entre la cotización internacional de referencia y el PAI.
Además de los puntos anteriormente aclarados, es importante hablar sobre los diferentes impuestos que se aplican tanto al diésel como a la gasolina. Estos son los que tienen el impacto más grande en el bolsillo del consumidor:
El IVA de la gasolina es del 21%. Como dato curioso, este se aplica al precio del carburante en conjunto con el resto de impuestos, mas no sobre el precio base. En consecuencia, la recaudación final por parte del Estado es más alta de lo que debería. De hecho, este impuesto representa el 18% del precio final.
El Tipo General es un impuesto que se aplica con un precio fijo a cada litro. En el caso del diésel se refiere un 28% con respecto al precio total; para la gasolina hace referencia a un 32% del precio total del litro.
Este impuesto representa una cantidad fija por cada litro de gasolina. De acuerdo a la Ley de Presupuestos Generales del Estado es posible actualizarla cada año. Curiosamente, el 58% de la recaudación de este impuesto va dirigido a las arcas de las respectivas comunidades autónomas.
Finalmente, este es el último de los cuatro impuestos aplicables a los carburantes en España. Originalmente, tenía una variación de entre 0 y 48 céntimos de euro por litro. No obstante, esto cambió después de que se aplicara una armonización sobre él. En este caso, la totalidad de los ingresos van dirigidos a las arcas de las comunidades autónomas.