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Las técnicas de conducción de una moto

25 de junio de 2019

Saber cómo conducir una moto es algo fundamental para todos los conductores que se sientan en este vehículo de dos ruedas. De hecho, conducir una moto de forma correcta requiere de experiencia y técnica. 

De esta manera, conocer las técnicas de conducción adecuadas supone marcar la diferencia entre disfrutar del viaje o sufrir los riesgos de tener un accidente. Por ello, desde Verti Seguros queremos hablaros de las principales claves sobre las técnicas de conducción de una motocicleta.

La importancia de saber conducir una moto

Uno de los principios básicos en las técnicas de conducción de una moto, es el controlar el campo de visión en todo momento. Los humanos disponemos de una visión de 180 grados pero cuando nos vestimos el casco este ángulo se reduce, por lo que es importante mirar los retrovisores en todo momento. 

Del mismo modo, girar la cabeza también te permitirá controlar la situación de la carretera, de izquierda a derecha y mirando siempre a los coches que tienes a ambos lados, delante y detrás.

Igualmente, también es importante que centres la mirada hacia donde quieres ir. Con esto nos referimos a ponernos en los carriles correctos si tenemos que hacer giros en alguna calle, incorporarnos a carreteras o también buscar aparcamiento. Es decir, no debemos caer en el error de cambiarnos de carril en el último suspiro. 

Por otro lado, también es importante que adaptes tus ojos durante la conducción nocturna, comenzando la marcha con calma para que tus ojos se vayan adaptando a las condiciones de baja visibilidad.

La dirección y los frenos en las técnicas de conducción

Otros puntos que tenemos que controlar son los pasos por curva, especialmente a grandes velocidades. Y es que cuando circulamos en moto hacemos continuamente un ejercicio de equilibrio, por lo que si hacemos giros este esfuerzo de complica, de ahí que tengamos que tener una mayor concentración. 

Otra técnica que destacamos es la del ‘contramanillar’, que consiste en girar el manillar en la dirección contraria al sentido de la curva, pues ayuda a tomar la curva, aunque parezca contradictorio.

Asimismo, también hay que tener el control de los frenos, sabiendo cuándo usarlos en cada momento, tanto el delantero como el trasero. Además, también es importante tener los dos dedos sobre la maneta del freno, pues puede aparecer algún imprevisto en la carretera y ante esto tenemos que estar siempre alerta. Por ello, desarrollar este hábito te ayudará a reducir el tiempo de reacción, algo sumamente importante, especialmente a altas velocidades.

Un último punto que destacamos es la gestión de los imprevistos y el pánico sobre una moto. Cuando conducimos este vehículo. se requiere de una mayor precisión tanto en la propia conducción como en el control de los elementos externos. Por tanto, no es aconsejable que conduzcamos al límite de nuestras posibilidades ni que tampoco vayamos muy rápido por la carretera, sobre todo si no la conocemos muy bien.

En definitiva, conducir una moto requiere de una técnica y una atención plena cada vez que nos subimos en el vehículo, tanto por la forma de conducir propia como por la de los demás conductores que circulan a nuestro alrededor.